A los 40 años, muchos artistas que han probado las mieles de ser ídolos juveniles comienzan a bajar la guardia y a vivir del peso de su nombre en la industria pop. Gloria Trevi es una excepción en esa regla, todo lo contrario, sabe ganarse el aplauso de su gente y lo hace, literalmente, con el sudor de su frente.
La noche del miércoles 4 de noviembre se presentó en el Auditorio Benito Juárez, en el marco de las Fiestas de Octubre, logrando dos méritos: reunir a más de 27 mil personas, superando su récord del año pasado (más de 20 mil asistentes) y convirtiendo a éstos en una especie de ejército pop que simplemente cumplía al pie de la letra sus peticiones. Si les solicitaba un grito, su gente no la dejaba abajo; si quería un coro, le sobraban gargantas entusiastas; si quería sentir el calor de las palmas, eran miles las que resonaban.
Tiene 41 años de edad, pero sobre el escenario, parece una niña con juguete nuevo o una adolescente emocionada por el primer amor, sobre todo cuando canta “Lo que una chica por amor es capaz”.
Dijo que la noche era muy especial, “Porque ustedes siempre me han recibido muy bien, cuando pocos creían en mí, ustedes me abrazaron y quiero que esto sea como una despedida de soltera, porque ya mero me voy a casar”, dijo a escasos minutos de de haber sido recibida con una ovación, con el tema “Pruébamelo”.
Durante el show, realizó más de cinco cambios de vestuario, un grupo de bailarines realizó coreografías que fueron muy bien recibidas y entre las melodías más ovacionadas, destacaron “Pelo suelto”, “Los borregos”, “El favor de la soledad”, que ya es nuevo clásico en su repertorio, así como “El recuento de los daños” que dibujó todo tipo de emociones entre su gente. El broche de oro fue con “Mañana”, una de sus mejores composiciones.
La noche del miércoles 4 de noviembre se presentó en el Auditorio Benito Juárez, en el marco de las Fiestas de Octubre, logrando dos méritos: reunir a más de 27 mil personas, superando su récord del año pasado (más de 20 mil asistentes) y convirtiendo a éstos en una especie de ejército pop que simplemente cumplía al pie de la letra sus peticiones. Si les solicitaba un grito, su gente no la dejaba abajo; si quería un coro, le sobraban gargantas entusiastas; si quería sentir el calor de las palmas, eran miles las que resonaban.
Tiene 41 años de edad, pero sobre el escenario, parece una niña con juguete nuevo o una adolescente emocionada por el primer amor, sobre todo cuando canta “Lo que una chica por amor es capaz”.
Dijo que la noche era muy especial, “Porque ustedes siempre me han recibido muy bien, cuando pocos creían en mí, ustedes me abrazaron y quiero que esto sea como una despedida de soltera, porque ya mero me voy a casar”, dijo a escasos minutos de de haber sido recibida con una ovación, con el tema “Pruébamelo”.
Durante el show, realizó más de cinco cambios de vestuario, un grupo de bailarines realizó coreografías que fueron muy bien recibidas y entre las melodías más ovacionadas, destacaron “Pelo suelto”, “Los borregos”, “El favor de la soledad”, que ya es nuevo clásico en su repertorio, así como “El recuento de los daños” que dibujó todo tipo de emociones entre su gente. El broche de oro fue con “Mañana”, una de sus mejores composiciones.
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